martes, 17 de mayo de 2011

¿Necesito un BMW o un Dacia en Internet?

En este post  os propongo un nuevo ejercicio de reflexi-on. Imaginad que un proveedor desconocido se dirige a vosotros para ofrecer sus servicios de forma gratuita. En concreto, este “benefactor” os oferta la posibilidad de montaros sin coste alguno o a un precio irrisorio una tienda física para comenzar a desarrollar vuestro concepto de negocio. En una semana la tienda estará lista. ¡Sin duda este es vuestro día de suerte! ¿o no?...
Puedo suponer  que la primera reacción de la mayoría de vosotros ante una situación como la descrita sería DESCONFIAR, ¡y con razón!. Entonces, si en los negocios “tradicionales”  todo el mundo entiende que no se regalan duros a peseta, ¿por qué en Internet ocurre al contrario? ¿Por qué cuando un cliente encuentra, por ejemplo, una empresa que le ofrece webs a 50 euros cree que ha encontrado la ganga de la Red? ¿Por qué en vez de esto no se plantea cuál será la calidad final del producto que recibirá y por ende  la utilidad y rentabilidad que éste aportará a su negocio? 
“Tengo una web de 500€ y quiero que mi tienda venda tanto como Zara.” ¿Os suena? En el mercado del automóvil, esta situación jamás ocurriría. El propietario de un BMW conoce  el valor del producto que ha comprado y conoce su potencial de desarrollo y sus capacidades. El que elige un Dacia lo hace sin mayores pretensiones (aunque nunca entendería que “casi” se lo regalasen) y al final todos están contentos. El problema en Internet  viene cuando muchos clientes siguen creyendo que si buscan, al final acabarán encontrando BMWs a precio de Dacias; o cuando ni siquiera saben si para sus objetivos de negocio lo mejor sería adquirir un BMW o un Dacia; o cuando sencillamente están perdidos y se dejan aconsejar mal.
Siguiendo con el ejemplo, seguro que en más de una ocasión os habréis encontrado delante de un cliente tratando de responder a la pregunta de “¿cómo es posible que por un mismo servicio otra empresa tenga un diferencial de precio contigo de hasta tres veces?” En ocasiones los clientes no tienen el conocimiento, la formación o el grado de actualización suficiente para entender y valorar por qué debería él contratar con un proveedor u otro (o lo que es más importante qué le están ofreciendo y su utilidad y/o validez real) y toma sólo en consideración la variable económica, acabando en ocasiones comprando duros a pesetas. La red se ha ido desarrollando de manera que cada vez proliferan más estas situaciones y empresas, que aprovechándose del hecho de que existan pocas barreras de entrada junto al desconocimiento general del canal potencian una imagen de “canal chollo” y generan finalmente entre clientes y potenciales clientes descontentos. Esto no implica, que como en todos los mercados, no haya rangos de empresas que ajustan sus precios a la calidad, tecnología, tamaño, conocimientos y valor añadido de sus proyectos y estrategias pero es importante que se valore a los profesionales y su trabajo dentro del sector en su justa medida y no se transmita el concepto de que en Internet se puede estar por dos duros y en un par de días. El canal de Internet es lo suficientemente importante y en ocasiones estratégico como para confiarlo a un proyecto de 2 días y un presupuesto equiparable al que nos gastamos en el papel de la impresora de la compañía.
Por todo ello, si queremos que el sector siga evolucionando y lo haga de modo eficiente “tendemos que mojarnos el culo” también en esto.  Todos los interlocutores: Gobierno, medios de comunicación, agencias interactivas etc. ¡todos debemos estar implicados! Además de seguir haciendo bien nuestro trabajo, es necesario que también hagamos entender a nuestros clientes el valor de lo que les estamos ofreciendo. El know-how vale dinero y la Red no es diferente. Si nos ganamos su confianza sin engaños, conseguiremos que sus inversiones y retornos en el canal sean cada vez mayores y dedicamos parte de nuestro tiempo y esfuerzos a “evangelizar” todo irá avanzando hacia un sector en el que sobre la base de mayor inversión de clientes más satisfechos se pueda ir invirtiendo más en formación (mejorando los profesionales) e innovación (mejorando tecnologías y capacidades del canal). Espero que esta columna contribuya a poner un apoyo más en esa dirección y avanzar entre todos. 

martes, 26 de abril de 2011

CONVERSIÓN Y TRÁFICO ¿Cómo mejoro mi ROI en Internet.?(II)

Comienzo este post, con la esperanza de haber “convertido”  a aquellos de vosotros que leísteis el post anterior "Conversión o tráfico, ¿cómo mejoro mi ROI?"
 ¿Conversión O Tráfico? Me hacía esta pregunta: Conversión Y Tráfico, esa era la respuesta. Debemos atraer visitas, hacer que los usuarios se enganchen a nuestros soportes, convertirles en clientes y conseguir que vuelvan en un futuro. Para lograrlo, tendremos que optimizar ambas estrategias, no queda otra. En esta tribuna hablaré sobre todo de conversión. Toda  buena estrategia de conversión en Internet debería contener 3 grandes subestrategias: medición, optimización onsite y optimización offsite. Sin embargo, antes de ponernos a medir nuestra web creo que es básico entender bien los objetivos y target de nuestro negocio. A la hora de definirlos, resultará de gran utilidad confeccionar una lista de objetivos generales, añadir microobjetivos dependientes y asociar a cada micro objetivo unos determinados KPIs.

Me gusta hablar en primer lugar de “medición” y después de “optimización” porque este es el orden en el que se suceden los hechos. Dentro de una estrategia de medición, una vez referidos los KPIs, lo siguiente será decidir en qué soportes vamos a  medir estos (principales, secundarios, de campaña, sociales etc.); qué herramientas de medición utilizaremos y de qué forma implantaremos nuestro modelo. A continuación, pondremos en práctica nuestro sistema de medición y llevaremos a cabo un análisis previo en donde como conclusión se identificarán posibles líneas de mejora. ¿Qué cosas podremos hacer para optimizar nuestra presencia online? Vayamos por partes.

El primer lugar en Internet donde tendremos que ir a mirar en busca de mejoras serán nuestros propios sitios web. A modo de guía, cito algunas variables que bien analizadas, (utilizando el método y las herramientas adecuadas) nos ayudarán a evaluar y optimizar nuestra estrategia onsite. A algunas de ellas ya me referí en la tribuna anterior. Estas son: persuabilidad, usabilidad, flujos de tráfico entre soportes, lenguaje, look&feel, accesibilidad, multiculturalidad, multidispositivo etc. Por supuesto estos atributos no son los únicos, por lo que en función de las conclusiones que hayamos extraído en la medición preliminar, allí centraremos nuestra optimización y aplicaremos las acciones correctivas correspondientes. Asimismo, si lo que pretendemos es emprender una verdadera estrategia global de mejora de la conversión en Internet, entonces también tendremos que poner el foco más allá de nuestros propios soportes. Es decir, tendremos que revisar y actuar  sobre nuestra estrategia offsite (SEO, SEM, SMM, PR 2.0 etc.). Por poner un ejemplo, si en nuestro primer análisis hemos concluido que el KPI de conversión no alcanzaba los valores óptimos, una variable de mejora pasará por optimizar el tipo de tráfico que estamos captando a través del SEO o SEM.

En definitiva, si queremos crear estrategias de conversión en Internet que funcionen, primero tendremos que conocer bien nuestros objetivos, definir un modelo de medición, utilizarlo, optimizar según los resultados obtenidos y después volver a evaluar de forma continuada y por paquetes de cambios para llegar a apreciar las diferencias.

Buena suerte a todos los nuevos “convertidos”.